Superar la crueldad con compasión

Él era tan pero tan pobre que solamente le alcanzaba para alquilar un cuchitril

El nivel de pobreza en el que vivió Reb Pinjas Yehoshua de Tcherin es muy difícil de comprender para alguien de nuestra generación. Él era tan pero tan pobre que solamente le alcanzaba para alquilar un cuchitril con piso de tierra, que le costaba cinco rublos al año.

Un año, el alquiler le resultó tan costoso que se vio forzado a quedar en deuda con el propietario y al año siguiente, que no fue mejor, otra vez tuvo que postergar el pago del alquiler. Después de siete años con la deuda pendiente, el propietario finalmente se hartó: “Me debes treinta y cinco rublos por estos siete años de alquiler. ¡Si no me pagas en las próximas semanas, te voy a echar!”.

“Me debes treinta y cinco rublos por estos siete años de alquiler. ¡Si no me pagas en las próximas semanas, te voy a echar!”

Sin otra alternativa, Reb Pinjas Yehoshua fue a visitar a Reb Abale, un hombre muy acaudalado de la ciudad que era famoso por su tacañería. Reb Pinjas Yehoshua entró a la mansión resplandeciente de Reb Abale y pasó por muchas habitaciones hasta que finalmente llegó al santuario interior y allí derramó su historia de sufrimiento, y entonces Reb Abale le dio una donación de cinco rublos: “El resto lo puedes recolectar del resto de los jasidim”, le dijo ásperamente.

Reb Pinjas Yehoshua le agradeció desde lo más profundo de su corazón y se dirigió a la puerta. Pero cuando llegó al final de la siguiente habitación, oyó que Reb Abale lo llamaba de vuelta: “¿Por qué no tomas cinco rublos más, así ya tienes un tercio de la suma total que necesitas?”.

Nuevamente Reb Pinjas Yehoshua expresó su sentida gratitud y salió de la habitación. Pero no había salido de la habitación siguiente cuando oyó que Reb Abale lo llamaba de nuevo. El millionario le dio cinco rublos más, explicándole que ahora ya casi tenía la mitad de la suma necesaria. Reb Pinjas Yehoshua le dio las gracias sinceramente y se dispuso a partir.

Esta escena se repitió una y otra vez hasta que Reb Pinjas Yehoshua recibió todo el dinero que necesitaba.

Cuando los bresleveros escucharon esta historia, se quedaron muy impresionados. Y el Rabino Levi Itzjak Bender les explicó: “Es evidente que Reb Abale tuvo que luchar mucho para darle toda la suma de dinero. Al principio, se había despertado su compasión y dio solamente un poco de dinero. Luego su compasión fue creciendo gradualmente, paso por paso, hasta que finalmente le dio toda la suma que necesitaba, siguiendo el consejo del Rebe Najman, que dice que la crueldad se supera transformándola en compasión”.

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